Una filántropa adelantada a su tiempo, nació en Granada hace 138 años: María Antonia Zayas Ossorio-Calvache.
Mujer independiente, muy sensibilizada con las necesidades de las personas mayores y desfavorecidas, con una personalidad adelantada a la época y que chocaba con su posición social. Doña María Zayas nació y murió en Granada a la que legó su patrimonio, sin ningún protagonismo.
El 15 de septiembre de 1971, a la edad de 86 años, Doña María Zayas Ossorio-Calvache escribía un testamento ológrafo en el que dejaba constancia de su voluntad:
«Para honrar y perpetuar la memoria de mis amadísimos padres, por amor a Granada y al prójimo de las clases menesterosas, creo, por este mi testamento, una fundación benéfica bajo la advocación de los santos titulares de mis dichos queridísimos padres, San Fernando Rey de España y San Francisco de Asís, a la que pasarán en pleno dominio todos mis bienes…».
Así plasmó de su puño y letra, 8 años antes de fallecer, su deseo de ayudar a las personas que tanto le preocuparon siempre, las más vulnerables. Un deseo que esta, su Fundación, se encarga de respetar día a día trabajando por el bienestar de quienes más lo necesitan a través de proyectos y centros en los que atiende y cuida a personas mayores y personas con diversidad funcional, entre otras actuaciones sociales y culturales, todas ellas con los mismos fines.
Fundación Zayas, entidad privada sin ánimo de lucro, quiere recordar cada 24 de mayo la inmensa figura que fue y será Doña María Zayas Ossorio-Calvache, una mujer tan solidaria, tan humilde y tan bondadosa para Granada, cuya obra merece ser conmemorada y servir de ejemplo de altruismo en la sociedad.